17/Jul/1981

José Antonio Bravo

José Antonio Bravo

Julio de 1981

La necesidad de encontrarse a uno mismo ,a búsqueda de lo insondable la terca obligación del acto lúdico-mezcla de juego y ciencia, de hallazgo y persecución de lo increado y lo creado, han hecho que Margarita Checa desencadene a través del dibujo y la escultura-el espacio en la línea y el volumen-una suerte de ensueño de melancólica herencia, que ella logra revelar para mejor entendimiento nuestro, ese mundo que late y hierve en su mundo interior.

 

Por eso ,cuando vemos sus dibujos y cabezas, la presencia de un halito misterioso,manejado desde no sabemos que extraños rincones de sus fueros, aparece ,como si estuviéramos entrando con ella por ese umbral misterioso lleno e presencias extra-ordinarias, como si la mano de lo remoto nos cogiera desde la angustia, Margarita juega entre sombras y rostros, imágenes y siluetas, y nos hace jugar esta partida, este envite este riesgo de la línea ,el volumen ,el vacío,los espacios y las formas, sobre todo las formas que tocan esa parte del del espejo en donde se nos refleja la conciencia, aquella que no queremos ver y que nos desafía a diario, en la noche en la vigilia,todo lo cual no termina con la perdida o la ausencia, sino con la ganancia de la obra de arte, para ella, para Margarita, tanto como para nosotros.

 

Trabajo difícil, arduo, en el camino del encuentro con la creación ,que Margarita ahora nos muestra, para mejor entendimiento de su mundo de siluetas y memorias, de sueños y delirios, demostrándonos la clara seguridad de su arte ,que constantemente le ira abriendo nuevas puertas, para futuros enfrentamientos con su mundo, porque la creación no acabara en la cadena de motivaciones que la sostienen, sino que se abrirá hacia un mundo interminable de rompimientos de tiempos y espacios.

 

En aquel umbral que Margarita Checa volverá a pasar, aquí a la  vuelta de su insondable memoria, felizmente la esperan Leonor Finí y los mutantes de su universo mágico y misterioso, allí estarán también las originales ilustraciones de Gerard Gacheta hechas para el famoso cuento fantástico de Winston Sanders ,La Barrera del Tiempo, porque también vemos eso en Margarita un nítido trajinar allí, en el filo constante del tiempo, que ahueca horada y se lamenta.

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