17/Dec/1998

Madera de mujer

Acogedora muestra de sus esculturas en madera se presenta en la galería de Lucía de la Puente

 

ENIGMÁTICAS, SILENCIOSAS, DELICADAS PERO TAMBIÉN REVELADORAS DE LOS DESENCUENTROS HUMANOS. ASÍ SON LAS ADMIRABLES ESCULTURAS DE MARGARITA CHECA.

ENRIQUE PLANAS EL SOL

Hay un misterio en cada pieza de Margarita Checa. Un misterio atrapado en la madera de olivo de sus piezas. Enigma que se confronta con los propios secretos de quien las contempla. En muchas de sus piezas, como en “La edad de la razón”, la escultora limeña nos presenta cuerpos ambiguos, donde ambos géneros se encuentran en provocador equilibrio. En otras, como en los niños que participan de su obra “El juego de sí mismo” la intención es representar su esencia sin dudas. Pero en todas sus piezas, hay una muy personal estilización.

“Mi tema es un poco el juego de sí mismo, tengo la sensación de que hay un encuentro y un desencuentro. Nos pasamos la vida peleando con nuestros propios opuestos y en el fondo somos lo mismo…” nos cuenta la artista, cuando le preguntamos por una pieza especialmente turbadora, un cuerpo masculino, en el que Checa ha trabajado un abdomen curvo, básicamente femenino y un rostro provocadoramente ambiguo. Estas y otras piezas pueden verse en la íntima muestra inaugurada la noche de ayer, y que presenta Lucía de la Puente en su casa ubicada en la octava cuadra de la Av. Grau, en Barranco. Nosotros seguimos acompañando a la artista y contemplando su trabajo, no sin disparar nuestras preguntas.

El tema del cuerpo ha cautivado a muchos artistas en los últimos años, pero en tu caso, ha sido una apuesta de toda la vida. ¿Para ti qué significa el cuerpo como tema de trabajo?

Es una búsqueda personal. Antes hacía una especie de surrealismo, figuras de bronce con puntas muy agresivas. Luego comienzo con cabezas, básicamente en bronce, por el año 81, y de allí ya no me desprendo de la figura humana. Hay mil posibilidades en el cuerpo, cada persona se va marcando con el tiempo, se van acentuando ciertos rasgos y caracteres internos de uno. Se trata de una interpretación de uno mismo.

¿Por qué el paso del bronce a la madera?

Porque quise crecer. Una pieza pequeña uno la cobija en las manos, una pieza grande te abraza Además, por las posibilidades del material y los costos, mi opción era definitivamente la madera.

¿Qué tan costoso es ser escultor?

Es muy costoso, muy trabajoso y se necesita mucho tiempo. El escultor tiene un compromiso físico mucho mayor que en otras artes. Ahora estoy trabajando básicamente con madera de olivo, un material muy suave, de poros muy cerrados. Me interesa dar en ella una línea que fluya, para captar un segundo de movimiento.

A mediados de los noventas tuviste una larga estadía en Costa Rica. En tu catálogo. Luis Lama decía que ello influyó en tu trabajo, especialmente en la aparición de las incrustaciones y los brocados en tus piezas. ¿Qué aprendiste en esta experiencia? ¿qué te trajo ese distanciamiento con el Perú?

Ya aquí en mi trabajo prácticamente empezaba a hacer una “orgía de la incrustación”, me interesa trabajar un ritmo dentro de otro ritmo. El cacho de toro lo encuentro acá, de un encuentro con el desierto de lea, donde descubro estos esqueletos de animales. Pero el hueso se horada, se malogra muy rápidamente, no era un buen material para incrustaciones. Lo que hice en Costa Rica fue descubrir una gran cantidad de maderas de todos los colores. Cuando regresé fui a la ciudad de Pucallpa, y volví a encontrarlas. Es cuestión es ir y ver cuál es el árbol, porque todos están acá. Es cuestión de buscarlas. Ello me dio el color, el trabajar el color en la madera.

Desde hace 20 años los escultores han sido los que han marcado la pauta en los hallazgos de la plástica peruana. Sin embargo, Lima es una ciudad muy ingrata con sus escultores.

Creo que una escultura es mucho más difícil de vender que una pintura. La gente siempre tiene una. Pared, pero nunca tiene un espacio. Y no se imagina el espacio. Lo cual es lógico, un escultor o un arquitecto sí tienen sentido del espacio, pero no necesariamente deben tenerlo los demás. No me molesta eso, el hecho de que hayan personas que se conmuevan con mi obra para mí es una gran satisfacción. Es como una respuesta a un trabajo silencioso. Lo que sí es dramático es que los peruanos estamos totalmente fuera del mercado latinoamericano. El Perú se conoce como un mercado caro y local. Totalmente aislado de todo lo que es el movimiento latinoamericano actual..Eso si es una lástima.

Atras